Illa da Toxa
2, 3, 4 de octubre 2025
PRÓXIMO EVENTO
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VII EDICIÓN FORO LA TOJA - ILLA DA TOXA
EL FUTURO DEL VÍNCULO ATLÁNTICO
El Foro La Toja-Vinculo Atlántico acudirá puntual a su séptima edición los días 2,3 y 4 de Octubre en la Illa da Toxa, en Galicia, un mes antes de que se cumpla el primer aniversario del segundo mandato del Donald Trump al frente de EEUU.

Desde su fundación el Foro La Toja ha abogado por la defensa de los valores de las democracias liberales y un orden internacional basado en la solidez del vínculo atlántico, la cooperación multilateral, la solución negociada de los conflictos y el libre comercio como factor de desarrollo y riqueza. Seguimos creyendo en esos principios que han facilitado un largo periodo de paz y progreso social en todo el mundo. Hoy esa apuesta exige aún un mayor compromiso en la defensa de esos valores y un mejor entendimiento de las circunstancias que nos ha traído a la situación actual.

El afán disruptivo de este segundo mandato de Trump ha sorprendido incluso a quienes ya venían anticipando un nuevo clima de inestabilidad en las relaciones internacionales. Del optimismo que acompaña el arranque de cada nuevo periodo político se pasó rápidamente a la sorpresa ante el tono de la nueva presidencia, de ahí a la inquietud después de sus primeras decisiones y finalmente, al convencimiento general de que hemos entrado en una nueva e inquietante etapa en las relaciones trasatlánticas y del orden internacional.

Las fórmulas propuestas para acabar con los dos grandes conflictos de nuestro tiempo, las guerras de Ucrania y de Gaza, lejos que alumbrar a un mundo más seguro y justo, han diseñado otro más incierto donde se presentan como admisibles prácticas de desplazamientos masivos de población civil o el derecho de conquista por encima de la legalidad internacional. Si EEUU fue el gran inspirador el viejo orden liberal internacional ahora parece el principal promotor de una redefinición del mismo basada en la dialéctica imperial de las áreas de influencia en detrimento del derecho y la cooperación internacional.

Los personajes, las políticas y las maneras que se han impuesto al frente de la primera potencia mundial han alterado de forma significativa el marco que ha definido las relaciones internacionales desde el final de la II Guerra Mundial. Los distintos actores intentan acomodarse rápidamente a esa nueva realidad.

El ejemplo más evidente es Europa, que ha despertado abruptamente a la necesidad urgente de hacerse cargo de su propia defensa. Como ya es una tradición, Europa muestra su mayor eficacia en situaciones de crisis y, al igual que sucediera durante la pandemia, la Unión Europea ha sido capaz de cambiar sus prioridades y adaptarlas rápidamente a la nueva situación. Pero además de compromiso y presupuesto es preciso diseñar con acierto los instrumentos más adecuados para acometer ese urgente rearme europeo de forma eficiente. La dramática experiencia de Ucrania ha constituido todo un campo de experimentación sobre las nuevas capacidades necesarias para afrontar con garantías la defensa del continente.

La evolución futura del Vínculo Atlántico también tendrá influencia en los equilibrios geoestratégicos globales. Algunas voces en Europa apuestan por revisar la alianza estratégica con EEUU frente a la agresividad comercial y tecnológica de China. El acercamiento de Trump a Putin y su menosprecio a las instituciones comunitarias no debería ser la excusa para que Europa rebaje sus exigencias democráticas ante las amenazas del poderío tecnológico y comercial de China y sí para que fortalezca sus relaciones diplomáticas y económicas con otras áreas de un mundo multipolar.

A las incertidumbres estratégicas y políticas se suma la inquietud por las consecuencias económicas de la guerra arancelaria iniciada por la administración estadounidense. La experiencia ha demostrado que las guerras arancelarias ralentizan el crecimiento económico y generan inflación, pero en un mundo cuyas cadenas de valor se han diversificado tanto como el actual, puede abocarnos a una nueva recesión económica.

A Europa todos estos cambios le han sorprendido en pleno debate sobre la necesidad de recuperar su competitividad económica. Si la Unión Europea ya había comenzado a reordenar sus prioridades para ponerse al día frente a EEUU y China, las políticas de Trump no han hecho más que acelerar una reacción que se presenta más imperativa que nunca.

Pocas veces la conversación mundial ha tenido tantos y tan variados frentes abiertos: el futuro orden mundial, los vectores de crecimiento, el control de las materias primas o el futuro de la energía son solo algunos de los asuntos que están sobre la mesa; pero también existe una profunda reflexión sobre amenazas políticas que se encuentran en el origen de la presente situación: las sociedades democráticas se han mostrado profundamente vulnerables frente al populismo, la polarización y las mentiras. Todas nuestras conductas, afectivas sociales y políticas se están viendo afectadas por el impacto de la digitalización y los tecno oligarcas que acompañaron a Donald Trump en su toma de posesión parecen tener más control sobre nuestra vidas que aquellos políticos en quienes delegamos la gestión de los asuntos públicos.

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